viernes, 4 de abril de 2008

Lomografía

En la época de mis abuelos, uno sacaba una foto, con la frecuencia que hoy alguien se hace un estudio médico. Sacar una foto era un evento cargado de mucha formalidad, casi un acto solemne. El resultado en consecuencia eran fotos de una formalidad técnica y compositiva notable. Se me ocurren como ejemplo Manuel Alvarez Bravo, o Ansel Adams. En general, la fotografía doméstica seguía los mismos criterios. La gente posaba frente a la cámara, esforzándose por aprovechar lo mejor posible esa singular oportunidad de pasar a la posteridad. Obviamente, una foto oscura o borrosa era inmediatamente descartada como "indigna" de ser conservada.

Con la masificación de la fotografía, paulatinamente se le ha ido "perdiendo el respeto" a la cámara, y como desgraciada consecuencia, se generan hoy una enorme cantidad de malas fotos.

Sin embargo, la masificación ha tenido un "efecto secundario" que me resulta muy atractivo: La Lomografía.

Decálogo Lomográfico

Lleva siempre la cámara contigo.

  • Utilízala de día y de noche.
  • Lomografiar no interrumpe tu vida cotidiana, la pone en escena.
  • Dispara desde la mano, no desde la cara.
  • Acércate todo lo que puedas a tu objetivo.
  • No pienses
  • Sé rápido.
  • No es necesario saber lo que tienes en el carrete en el momento.
  • Después tampoco.
  • No te preocupes por ninguna de las reglas.

Lo que aún no llego a entender, (y empiezo a temer que sea por cuestiones comerciales), es la disociación que tiene la lomografía con el medio digital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que también prefiero las fotos a las que se le dedica tiempo para que salgan bien, o mejor dicho, para que salgan lo mejor posible porque, parafraseando a Ortega y Gasset, "el camarógrafo es el camarógrafo y sus circunstancias". O sea que el camarógrafo puede echarle la culpa a las circunstancias y viceversa, donde con "circunstancias" se entiende todo aquello ajeno al camarógrafo, principalmente los fotografiados.