Comparto con él la angustia de la memoria. Cada olvido, es un lugar donde no hemos estado, un sabor que no hemos probado, una persona que no hemos conocido, un pensamiento que no hemos tenido, un día que no hemos vivido. La vida sin memoria pierde todo interés, y se convierte en supervivencia. Olvidar es morir, recordar es (re)vivir.
En el Macondo de 1967, la peste del olvido se curaba escribiendo en papel cualquier memoria que quisiera ser salvada. Precursor de los Post-Its, un personaje llega a etiquetar los objetos de su casa para poder recordar sus nombres.
A más de 40 años, escribir sigue siendo el principal (sino único) método de resguardar la historia, pero en este Macondo de hoy que es Internet, el papel me resulta tan vetusto como el telégrafo. Por eso digo,
“El que no tiene memoria, se hace un blog”.
Esperemos nunca llegar a olvidar leer.
3 comentarios:
"Antes que me olvide", así se va a llamar mi autobiografía.
Qué tema éste de la memoria... ¡Ojalá pudiera recordar frases de los libros que he leído! Más que nada recuerdo las sensaciones que me produjeron, que a su vez conforman el criterio con el cual los recomiendo. El problema es que, como muchas veces no me acuerdo de los títulos, sólo puedo recomendarlos si me los nombran, así que poco utilizo lo poco que memorizo de los libros. Sólo me resta confiar en lo que pueda haber retenido inconscientemente, inconmensurable por naturaleza.
welcome to the blogos fear
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